Son prácticas de
dominación y violencia masculina en la Vida cotidiana, del orden de lo
"micro", al decir de Foucault, de lo capilar, lo casi imperceptible, lo
que está en los límites de la evidencia. El prefijo "micro" del
neologismo con el que nombro a estas prácticas alude a esto
Mujeres maltratadas,
varones violentos: dos dramáticos aspectos de las asimétricas relaciones de
género. En todo el mundo occidental, la violencia (masculina) hacia las mujeres
se torna evidente y se deslegitima de forma creciente. Cada vez más, los
dispositivos jurídicos y sanitarios ejercen acciones sobre las personas
involucradas, y el campo de la salud mental no es ajeno a ello.
Sin embargo, la
deslegitimación y los abordajes legales y terapéuticos se han realizado casi
exclusivamente sobre las formas evidentes, máximas y trágicas de dicha
violencia y sus efectos. Pero, si pensamos que la violencia de género es toda
acción que coacciona, limita o restringe la libertad y dignidad de las mujeres,
podemos comprobar que quedan ignoradas múltiples prácticas de violencia y
dominación masculina en lo cotidiano, algunas consideradas normales, algunas
invisibilizadas y otras legitimadas, y que por ello se ejecutan impunemente. Desconocedores
de ellas, muchas mujeres, profesionales de la salud y familiares (y a veces los
varones, ya que muchas de ellas son no conscientes) no las perciben, o lo hacen
acríticamente, con lo que contribuyen a perpetuarlas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario