martes, 5 de noviembre de 2013

MONOGRAFIA

PLACER SEXUAL MASCULINO



UNIVERSIDAD PRIVADA “CÉSAR VALLEJO”
FACULTAD DE
ESCUELA PROFESIONAL DE

MONOGRAFIA: 
“PLACER SEXUAL MASCULINO” 

INTEGRANTES:    

DOCENTE:             

CICLO:                       


Trujillo - Perú 
2012
AGRADECIMIENTO








DEDICATORIA 


En primer lugar a Dios por habernos permitido llegar hasta este punto y habernos dado salud, ser el manantial de vida y darme lo necesario para seguir adelante día a día para lograr nuestros objetivos, además de su infinita bondad y amor.



a nuestro profesor por su gran apoyo y motivación de nuestros estudios profesionales, por su apoyo ofrecido en este trabajo, por habernos transmitidos los conocimientos obtenidos y por llevarnos  pasó a paso en el aprendizaje







INDICE 

Agradecimiento
Dedicatoria
Presentación
Introducción
Índice 
CAPITULO I: definiciones básicas
  1. definición de placer
  2. Definición de sexualidad
  3. Definición de placer sexual masculino


Capítulo II: Constitución de las representaciones sociales de género y sexualidad 
  1. La casa 
1.1.    Valores morales de la masculinidad 
1.2.     Sexualidad: de eso no se habla 
  1. La calle 
a.         El colegio
b.         El grupo de pares
  1. Otros espacios de socialización
    1. Estudios superiores: reconfigurando identidades
    2. Ámbito laboral
    3. Amistad adulta
  2. Algunos aspectos de  medios de comunicación masiva y dictadura militar 
  3. Masculinidades y sexualidades adultas: identidades hegemónicas y emergentes.
CAPÍTULO III
SIGNIFICADOS DE LA SEXUALIDAD 
1.    Construcción del deseo: hitos de significancia 
1.1.   Los juegos eróticos infantiles 
1.2.   La polución nocturna 
1.3.   La masturbación 
1.4.   La iniciación sexual 
2.    Significado de la sexualidad masculina
2.1.  Descarga de tensiones 
2.2. Conquista
3. Desempeño sexual: entre expectativas de actuación y experiencia personales.
3.1. El hombre siempre quiere 
3.2. El hombre siempre puede. 
3.3. El hombre debe ser activo
3.4. El hombre debe generar placer a la pareja 
3.    Calificación femenina: “certificado de aprobación” a la sexualidad masculina. 
4.    Tipos de vínculos en las relaciones de parejas.




CAPÍTULOIV 
DIMENSIONES DEL PLACER SEXUAL
1.    Configuración del placer: placeres cotidianos y placer sexual.
2.    Imágenes de placeres. 
3.    “Esencias” del placeres sexuales  
3.1.   Conquistar placer
3.2.   Tomar riesgos 
3.3.   Amar a la pareja 
3.4.   Mirar
4.    Fronteras y jerarquías de placer sexual: construcción de las “zonas erógenas”.
5.    Significado de las prácticas sexuales para el placer sexual. 
6.    Preservativo y placer: ¿displacer físico y displacer psicológico?
  1. CONCLUSIONES 













PRESENTACIÓN 

Señor profesor, presentamos nuestra monografía titulada “Placer Sexual Masculino” que es un tema de vital importancia para enriquecer nuestro conocimiento y para identificar que tanto influye nuestros ambientes culturales en la forma de sentir placer sexual.

El trabajo ha sido desarrollado, en base a la información teórica del autor “Ernesto Del Águila”,

Aprovechamos esta oportunidad para testimoniar nuestra gratitud, así como a todos mis compañeros. 


                                                                                  Los Autores 










INTRODUCCIÓN 

            En los últimos años la educación sexual ha ido cambiando considerablemente. Antes la educación sexual era un tabú, donde los padres no impartían el tema sexual en el seno familiar, por otro lado en las escuelas  el docente no enseñaba el tema “sexo” por restricciones que por motivos sociales, culturales, ideológicos o religiosos impedían el uso de este tema.

            Hoy en día se habla de un aprendizaje sexual, que ayuda al estudiante a conocer su sexo y cuidar su intimidad,  de esta manera estar informado de los peligros que puede ser presa, que muchas veces son la causa de muchos males que pueden ser enfermedades venéreas, el VIH - Sida, trastornos sexuales, etc.  
            Nuestra monografía titulada “Placer Sexual Masculino”, es de vital importancia, porque su lectura nos ayudará a conocer el tema “sexual” que permitirá dar al estudiante y al lector común un panorama dentro del mundo real que servirá para encaminarnos con responsabilidad.  


Los autores 




CAPITULO I: definiciones básicas
1.    Definición de placer :
Según BAURUCH SPINOZA.  El concepto de placer es un sentimiento del paso de ciertos estados  de perfección a otros más elevados. Mientras que el dolor sería un proceso inverso. Claramente Spinoza apuesta a que la idea de placer se ha de ligar con lo “bueno”.

En esa concepción, el placer puede aparecer como bien moral supremo, siendo fruto de la acción voluntaria o apareciendo como acompañante necesario del logro del bien moral. Aunque el placer no es el logro del bien en sí mismo, tan solo aparece junto a él.
2.    Definición de sexualidad
La sexualidad está conformada por los elementos biológicos, es decir, el sexo; los psicológicos, como es el sentirse y pensarse como hombre o mujer; y los sociales, que hacen referencia al comportamiento que establece la sociedad para cada sexo. Entonces se puede entender por sexualidad a la forma en la que cada ser humano se manifiesta como hombre o como mujer, de acuerdo a las normas y valores propios de su cultura y de su época Así pues, los seres humanos en todas sus acciones manifiestan su sexualidad, desde la forma de vestir, hablar, caminar, etcétera, hasta en aquéllas en que se demuestran los afectos, las relaciones con los demás y la búsqueda de la intimidad y del placer. Al igual que con la palabra sexo, en muchas ocasiones el término sexualidad se ha usado para referirse sólo a las actividades que tienen que ver con el placer sexual; sin embargo, como ya se mencionó, la sexualidad forma parte de cualquier expresión humana, ya sea con búsqueda de placer sexual o sin ella
La sexualidad se va modificando en cada etapa de la vida del individuo, y está básicamente determinada por el aprendizaje adquirido en el medio que le rodea. Es por eso que de una edad a otra los intereses sexuales van cambiando, coincidiendo generalmente con los cambios corporales. La sexualidad al irse construyendo ofrece la posibilidad de modificarse para permitir un mejor desarrollo del ser humano.
La sexualidad está conformada por los elementos biológicos, es decir, el sexo; los psicológicos, como es el sentirse y pensarse como hombre o mujer; y los sociales, que hacen referencia al comportamiento que establece la sociedad para cada sexo. Entonces se puede entender por sexualidad a la forma en la que cada ser humano se manifiesta como hombre o como mujer, de acuerdo a las normas y valores propios de su cultura y de su época.
Así pues, los seres humanos en todas sus acciones manifiestan su sexualidad, desde la forma de vestir, hablar, caminar, etcétera, hasta en aquéllas en que se demuestran los afectos, las relaciones con los demás y la búsqueda de la intimidad y del placer. Al igual que con la palabra sexo, en muchas ocasiones el término sexualidad se ha usado para referirse sólo a las actividades que tienen que ver con el placer sexual; sin embargo, como ya se mencionó, la sexualidad forma parte de cualquier expresión humana, ya sea con búsqueda de placer sexual o sin ella.
La sexualidad se va modificando en cada etapa de la vida del individuo, y está básicamente determinada por el aprendizaje adquirido en el medio que le rodea. Es por eso que de una edad a otra los intereses sexuales van cambiando, coincidiendo generalmente con los cambios corporales. La sexualidad al irse construyendo ofrece la posibilidad de modificarse para permitir un mejor desarrollo del ser humano.

3.    Definición de placer sexual masculino
El placer sexual es lo que experimentamos al estar excitados sexualmente.
El ciclo de respuesta sexual es el patrón de alteraciones en el cuerpo y en lo que sentimos cuando obtenemos placer sexual. El placer sexual mejora la salud y el bienestar. Muchas personas creen que el placer sexual es una de las experiencias más gratificantes de la vida. Sin embargo, existen muchos mensajes tergiversados acerca del placer sexual en nuestra cultura. Por lo tanto, es probable que no comprendamos bien qué nos ocurre a nosotros y a nuestras parejas.



CAPITULO II
Constitución de las representaciones sociales de género y sexualidad 

1.     La casa 
La casa nos remite a un universo de jerarquías naturalmente instauradas en
base a reglas de parentesco, sexo y edad. Como dice DaMatta, en este espacio hay un mayor control de las relaciones sociales, mayor intimidad y
menor distancia social. La casa es el espacio de la familia, donde los integrantes se perciben como "mi gente", los "míos", otorgando una identidad al grupo familiar (DaMatta,1990).
Según Giddens (1995), en las familias occidentales urbanas, donde por lo general la madre es el referente de contacto más inmediato tras el nacimiento del niño, se da una normalización y legitimación social que convierte a la paternidad en algo secundario a la maternidad. En este espacio, que funciona como una secuencia que conecta a las generaciones de una sociedad, se producen variaciones históricas de conductas antes estigmatizadas como el divorcio. Si bien es cierto que en estas sociedades la movilidad social de las personas es más flexible que en otras tradicionales -donde la posición social está determinada por el nacimiento-, sin embargo, la clase social de pertenencia, la religión familiar y los valores impartidos en la casa, afectan profundamente a los modelos de socialización de los sujetos.
Las familias siguen un patrón común nuclear: el padre, la madre y los hijos e hijas. En algunos casos, estamos ante padres y madres que se han divorciado, con nuevos compromisos y hermanas y hermanos políticos y si bien, en algunos varones hay imágenes fuertes de otros parientes, la presencia de éstos es externa al núcleo familiar. Por otro lado, la educación que reciben de ambos padres, se percibe con relativa equidad, aunque con roles muy diferenciados en la crianza de los hijos.
El padre es admirado y respetado, es el que toma las decisiones sin vacilaciones, en muchos casos se convierte en una figura inalcanzable, o directamente está ausente de la cotidianeidad del niño, espacio que es llenado por la presencia afectiva y constante de estas madres que suelen representarse con indecisiones y vacilaciones.
Por otro lado, además del padre y la madre, figuras centrales en la socialización familiar, se otorgan especial importancia a otras personas como los tíos, abuelos y hermanos mayores, con quienes se generan relaciones de mayor apertura y algunos niveles de complicidad.
En este espacio de socialización, el niño empieza a ingresar en el proceso de su "hacerse hombre". En este escenario y con estas figuras centrales en su socialización, aprenderá que ser hombre es algo natural pero que, al mismo tiempo, tiene que constituirse en torno a pruebas e ideales de actuación centrados en imperativos de masculinidad y sexualidad hegemónicas. En torno a la constitución de estas dos identidades, el sujeto irá configurando sus imágenes de lo que es el deseo y el placer. Estos aspectos se irán complejizando a lo largo de su paso por otras agencias de socialización en el ámbito público.
Desde nuestro punto de vista la familia es el núcleo de la socialización, es donde aprendemos a relacionarse y desde ahí nos identificamos como seres sociales. Es por ello que la familia influye mucho en nuestros  comportamientos y toma de decisiones. Pues en ella aprendemos valores morales o antivalores, creencias, y diferentes ideologías.

1.1.    Valores morales de la masculinidad 
En el hogar se transmiten una serie de mensajes y pautas de cómo se espera sea un hombre. El aspecto más "sublime" de esta masculinidad son los valores morales, que se espera sean notorio que los varones actualizarán en su vida pública y privada. Estos valores buscan hacer del varón un "hombre de bien"  (Fuller, 1997), desde el hogar hasta la calle, desde su infancia hasta su adultez, siempre estarán presentes como imperativos ideales de actuación masculina: la protección, la provisión, la responsabilidad, la honestidad, la disciplina, el trabajo, entre otros, los cuales, al ingresar a otras agencias de socialización, se refuerzan o entran en conflicto, ocasionando tensiones que los varones tendrán que "resolver" para la constitución de sus identidades.
De esta manera, estos mensajes "inculcados" sobre como debería ser un hombre, no pasaban necesariamente por la palabra. Sin embargo, cuando se trataba de transmitir mensajes sobre el comportamiento público de un hombre, éstos sí podían incluir frases explícitas y actitudes más claras que llevaban implícito el imperativo masculino del rol proveedor.
Otra forma de transmitir los mensajes de masculinidad es a través de los roles antagónicos para varones y mujeres. En este sentido, los juegos infantiles diferenciados para varones y mujeres, con verdaderas barreras infranqueables de pasar para los varones hacia el universo femenino, son el inicio de la interiorización de mensajes sobre formas de ser varón.

1.2.    Sexualidad
El proceso de hacerse hombre, es el referido a la sexualidad de los varones. Si bien hay en las familias distintos niveles de ocultamiento de la sexualidad, la constante en todos los entrevistados, es que si el tema llegaba a aparecer, éste se trataba en un contexto de “prevención”.
Esta podía referirse al embarazo, con diferentes niveles de preocupación por la pareja del hijo, hasta las enfermedades de transmisión sexual y el VIH/SIDA.
En los hogares donde el tema “no existe”, se instaura no sólo la ausencia sino incluso la prohibición de hablar de sexualidad. De este modo, estos varones perciben a sus padres y madres como poco relevantes en su socialización sobre sexualidad.
El padre no habla de sexo y con su esposa, a pesar de la confianza, muchas veces es intocable hablar de temas sexuales, de cómo hacer el amor (...) cuando vamos creciendo, nos van hablando de responsabilidades en el sexo, de cuidarse, pero siempre es un tema delicado, imposible de verbalizar.
Muchas veces la sexualidad en la infancia era prohibida, algo oculto, algo que se hacía pero estaba mal, los padres ni pensar que lo hablarían, eso no existía con ellos (...) imagínate que hasta el día de hoy me muchos jóvenes tienen pudor ver escenas de sexo en la televisión delante de su madre.
En los hogares donde la sexualidad goza de relativa apertura, ésta no pasa de ser tratada en el contexto de profilaxis o prevención. En otras palabras, ya sea negando el tema o hablándolo, se transmiten pautas de "disciplina miento" de la sexualidad, a través de la instauración de fronteras o límites de permisividad y prohibición.

¿Cuál es la imagen que tienen los varones de la sexualidad de sus padres?
En la mayoría de ellos, los padres no dan señales de tener vida sexual. En algunos hogares incluso no existen las muestras de afecto entre ellos. En los hogares donde los padres muestran su afecto como pareja, éste carece de sensualidad, por lo que los hijos no perciben que sus padres tengan sexualidad y más bien construyen imágenes "asexuadas" tanto del padre como de la madre.
En resumen, al igual que en la transmisión de los mensajes de género, en la socialización sobre sexualidad masculina, los mensajes no pasan necesariamente por el discurso explícito, sino por actitudes y “frases indirectas”, en las que la interrelación entre género y sexualidad se hace más que evidente, es decir donde las pautas de cómo es la sexualidad de un hombre, están entrelazadas a nociones de masculinidad, a lo que un hombre - dada su condición genérica de tal- debe o no hacer con su sexualidad.

2.     La calle 
El dominio doméstico sentó las bases para la conformación de un sistema de representaciones sociales, donde el ser varón estaba centrado en la configuración de dos identidades, la de una masculinidad con códigos de moralidad, y el de una sexualidad heterosexual. La transición al mundo de la calle, implica adaptarse a un mundo imprevisto y accidentado, donde el sujeto tiene que descubrir y aprender a convivir con reglas y jerarquías diferentes a las de la casa. Siguiendo a DaMatta (1990), más que espacios distintos, la casa y la calle nos remiten a papeles sociales, ideologías y valores que en algunos casos son sólo válidos para estos espacios que pueden funcionar como subculturas y en otras funcionan como prolongación de una de ellas.
En este sentido, la oposición casa/calle si bien separa dos universos sociales mutuamente excluyentes, puede ser concebida tanto como una oposición binaria o como un continuum de graduaciones o prolongación de ciertos elementos de la casa y de la calle. De esta manera, el grupo de pares, el colegio, los estudios superiores y el espacio laboral pueden competir, oponerse o ser en cierta forma prolongación de ciertas situaciones o valores de la casa u hogar.

2.1.    El colegio: Continuidades y rupturas 
Las escuelas son agencias de socialización a través de un curriculum oculto de normas y valores que condiciona el aprendizaje de los niños
(Giddens, 1995). Este espacio tiene dos agentes diferenciados, los profesores y los compañeros de clase. Los profesores, en cierto sentido, son una continuación del estilo familiar. “De eso no se habla” pareciera seguir siendo la actitud de los docentes frente a la sexualidad, pues incluso, en los casos en los que la sexualidad está en la agenda del colegio, ésta sólo ingresa como parte de la fisiología del cuerpo o la prevención de enfermedades.
En general hay una valoración de mayor permisividad en las escuelas laicas que en las religiosas. A estas últimas se las percibe como conservadoras, generadoras de culpa y negación de la sexualidad y el placer, al colocarlas en el lugar del pecado. Sin embargo, la relativa permisividad de las escuelas laicas, está teñida de discursos tradicionales más explícitos sobre las sexualidades y masculinidades hegemónicas. Es importante anotar, que los más jóvenes en la escuela primaria y los más adultos durante todo el secundario. En este sentido, los testimonios reflejan un escenario que exalta una forma de masculinidad hegemónica.
Es interesante observar cómo en los colegios donde se instauran dispositivos de disciplinamiento sexual, negando la sexualidad, también se están forjando y construyendo sexualidades, pues como dice Foucault, en la construcción histórica de la sexualidad ésta siempre fue producida y normatizada por prácticas discursivas, ya que, contrariamente a lo que se cree, siempre se ha "hablado" sobre sexualidad, ya sea desde las frases explícitas o con normatizaciones más indirectas, poniendo en práctica un aparato para producir discursos verdaderos en una empresa de formular la "verdad regulada" (Foucault, 1977).
La importancia mayor del colegio en la constitución de representaciones sobre sexualidad y masculinidad, es por aportar un segundo escenario: los compañeros de clase. En este sentido, el colegio para algunos entrevistados es una prolongación de los espacios de amistad que tienen con pares del barrio, y para otros, los que no tenían un grupo de pares en el barrio, el colegio viene a convertirse en el primer espacio de interacción y creación de un grupo de amigos, con los que en última instancia comparte el proceso de construir su masculinidad y sexualidad, alejados de los socializadores mayores.
En el colegio se escucha, sobre todo a los más grandes, hablar de sexualidad, decían que si se cogía por el culo las mujeres quedaban embarazadas, también hablaban de cómo sentía un varón.
Como dice Fuller, a diferencia de la socialización primaria, en la secundaria los sujetos ya tienen los cimientos de su identidad constituidas y los nuevos contenidos no son la realidad en sí misma, pues el sujeto es más consciente de estos procesos y puede contrastar los valores y la moral de otros agentes socializadores (Fuller, 1997).

2.2.    El grupo de pares: gestos rituales de masculinidad y sexualidad 
Está conformado por un grupo de amigos del mismo rango etáreo, y posibilita el inicio de relaciones más democráticas que las existentes entre padres e hijos. Estas relaciones están basadas en amistad y empatía más igualitarias, con interacciones entre los sujetos en los que se pueden sopesar y cuestionar las reglas de conducta, "naturalizadas" en el espacio familiar. La importancia del grupo de pares en la formación y comportamiento de los sujetos al separarlos del ámbito familiar, radica en introducirlos de lleno en los ámbitos masculinos por excelencia: la calle y el espacio público, a través de dos ejes de actuación: la fortaleza masculina y la sexualidad activa.
Es además en el grupo de pares donde se consolidan los límites y fronteras de la identidad masculina, a través de la actualización de gestos rituales de masculinidad y sexualidad, que funcionan como modelos ritualizados, ambiguos, arbitrarios, repetitivos y socialmente provocados, y que buscan configurar este orden social a través del pasaje obligatorio de todos los varones por ciertas pruebas que aseguren su pertenencia al grupo (DaMatta, 1997).
Estos gestos rituales buscan separar los "normales" de los "fronterizos", en base a una pedagogía de modelos de masculinidad y sexualidad, hecha en base de anécdotas, bromas, historias, etc., que normatizan lo que el "verdadero hombre" debe ser capaz de soportar ante la amenaza y el riesgo constante de asemejarse o "convertirse" en "aniñado", mujer o "maricón".

En el espacio del grupo de pares, los varones actualizan estos gestos rituales en dos ejes centrales: la fortaleza masculina y la sexualidad activa.

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